viernes, 8 de agosto de 2008

Otro Atardecer...




Plaza Italia. Casi las seis de la tarde.

Nunca somos los mismos aunque regresemos una y mil veces.

Recorro los puestos viendo la danza de los atrapasueños.


Sé que estás, porque te recuerdo: Sonriente!



Yo, robándole a la muerte segundo por segundo...

1 comentario:

Javier dijo...

Nunca somos iguales creo, en ningun punto de nuestra vida.
A veces quisiera creer que le robamos a la muerte momentos de vida, pero a veces solo pienso que es el quien nos lo regala conviertiendola en un perverso ser.
Muerte, vida, solo eso poseemos sasonado con dolor, alegria, amor, odio.
El coctel es maligno y somos devorados cada dia un poco mas.
Oh brujas malditas que poseeis el secreto de la vida eterna callad vuestras voces y silenciad vuestros pensamientos. Incomprensibles seres desapareced de mi mente. Duro camino terminad bajo mis pies... Estoy harto de caminar. Quiero tan solo un momento descansar.
Pero el camino es largo y detenerme no puedo...
Tan solo deseo una llave, solo una.
No hara el camino menos pesado, pero al menos sabre que camino para abrir la puerta.
Solo pocos ven la llave y yo aun no estoy preparado.
Si ni siquiera haber parado cada dia empiezo a caminar.



Hermoso atardecer. No se porque siempre odie el sol de la mañana, es muy blanco, frio, las calles y las casas parecen desvanecidas. Me gusta mas el sol de la tarde mas rojo, mas calido, mucho mas cuando muere.

Besos Crupier, que no te pesque la ley ladrona de los tiempos. El reto de la inmortalidad es conseguir el crimen perfecto.